Meciéndome en la delgada línea de la verdad y la mentira,
Me dejo seducir por la bondad y la malicia,
Por la realidad y la fantasía
Sin dejarme conquistar.
Me mantengo firme,
Sin perder el equilibrio,
Encontrando el punto medio
Entre lo negado y lo otorgado,
Lo robado y lo ganado,
La nobleza y sus consecuencias,
La bondad y sus abstinencias,
La maldad y sus abandonos,
La ironía y sus carencias.
Sorteando vientos traicioneros
Que se encargan de inclinarme a ciertos bandos,
De los buenos y los malos,
Sin remordimiento ni nostalgia
En los dos ya he militado.
Y sin importar la pericia que me anima,
Ni mis ansias por seguir,
Veo aves de rapiña volando bajo sobre mí,
El vacío me coquetea con su tétrica sonrisa,
Y sin ningún recato me invita a partir.
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