Soy...
Los puntos suspensivos en la pizarra,
Las interminables planas del “No lo vuelvo a hacer”,
La pluma que se fuga con la hoja en madrugada,
La mente que divaga cuando empieza a anochecer,
El vaso medio lleno o a punto del desborde,
El cómplice del delito aún sin cometer
El verso sin remitente,
Los abrazos calcinantes,
Y los besos en la frente,
La huella pintada en la azotea,
Los constantes sueños en línea de espera
La canción desafinada,
La ventana empañada,
La voluntad desnutrida,
La palabra enfundada
En concordia u osadía
La conciencia alborotada
La disculpa no pedida,
La mañana con suspiros.
La tarde sin rodeos
Y la noche sin prejuicios
Soy un mito, una leyenda urbana,
Ni realidad, ni fantasía,
Soy el cuento que se cuenta
Para irse a dormir sin revisar bajo la cama
Soy lo que te han contado,
Ni tan de todos, ni tan de nadie,
Ni tan sumiso, ni tan descarado,
Ni tan santo, ni tan libre de pecado.
viernes, 13 de febrero de 2009
martes, 10 de febrero de 2009
Semana Inglesa
-Días como el de hoy no se me olvidan, no infiere el lugar que ocupe en la semana, o la fecha que marque en el calendario, pero casualmente fue lunes, como el de aquel día, como el de hace unas horas, con irrupciones en el lugar del primer avistamiento en persona, como aquel lunes que no se borra, ése de vestimentas cardiacas y de las ya tan citadas y célebres “manos temblorosas”
Lunes de cita literaria imprevista, de ignorar por ratos la demás compañía y sumergirnos en nuestra muy entretenida función de analogías y metáforas hechas a medida, de hablar de platillos mal cocidos o de los que salen quemados del horno, de tabacos que acompañaban a las humeantes tazas de té de manzana con canela, del ruido de la calle, del frío de la noche, de tópicos entendibles solo para éste par de interlocutores
Nuestros pies decidieron dar una vuelta por otros lados, acariciando a paso lento el adoquín que reviste las calles del centro, haciendo compás con otros pies curiosos o presurosos de llegar a tiempo a otro destino diferente al nuestro; el caminar se hizo constante, acompañado de las voces que hacía tiempo se habían vuelto distantes, pero que al resonar entre ellas se entienden y se reconocen, se escapan palabras que a oídos extraños se confunden con algún idioma extranjero
Curioseando entre aparadores encontramos un lugar donde exhibían nuestro calibre exacto de municiones, entramos sin miramientos, la encargada nos mostró unas amarras de metal y felpa teñida, -escuché a mi lado una voz conocida….qué probabilidades habría para que eso ocurriera en ése preciso lugar y a esa hora del día?...ninguna, pero es lunes, hoy todo se vale, hasta ése tipo de coincidencias-
Cena liviana al estilo americano, un par de hot dogs con su toque mexicano, si supieran que acá se les sirve con chile, jitomate y cebolla, sería razón suficiente para declararnos la guerra por denigrar su cultura gastronómica, me viene valiendo un Tío Sam con dos Moctezumas!!, yo pedí mi perro choloescuincle con todo y su bandera tricolor encima
Enfilamos a casa, reposando la cena y digiriendo palabras, esas que suenan igual que antes, que humedecen los ojos y tremolan las voces, que solo a nuestros oídos confieren importancia y trascendencia, y nos dan ése tan preciado sentido de pertenencia, aún somos lo que solíamos, las miradas siguen hablando más de lo que articulan los labios
Las palabras encuentran significado en gestos tan simples como guiños y muecas de media luna ataviadas de buenos recuerdos, aún estamos y seguiremos, escuchando cada quien los pasos que vamos dando, una mirando hacia arriba y el otro solo un poco hacia abajo, no importa la altura si éstos demonios se saludan sin ocupar reverencias ni levantarse del asiento
La noche se despidió donde varias veces lo hacía, en el sofá, con cojines como armas de destrucción masiva y sonrisas en espera del próximo encuentro, así terminó el día, fue un lunes de semana inglesa como de los que aún tanto me acuerdo.
Lunes de cita literaria imprevista, de ignorar por ratos la demás compañía y sumergirnos en nuestra muy entretenida función de analogías y metáforas hechas a medida, de hablar de platillos mal cocidos o de los que salen quemados del horno, de tabacos que acompañaban a las humeantes tazas de té de manzana con canela, del ruido de la calle, del frío de la noche, de tópicos entendibles solo para éste par de interlocutores
Nuestros pies decidieron dar una vuelta por otros lados, acariciando a paso lento el adoquín que reviste las calles del centro, haciendo compás con otros pies curiosos o presurosos de llegar a tiempo a otro destino diferente al nuestro; el caminar se hizo constante, acompañado de las voces que hacía tiempo se habían vuelto distantes, pero que al resonar entre ellas se entienden y se reconocen, se escapan palabras que a oídos extraños se confunden con algún idioma extranjero
Curioseando entre aparadores encontramos un lugar donde exhibían nuestro calibre exacto de municiones, entramos sin miramientos, la encargada nos mostró unas amarras de metal y felpa teñida, -escuché a mi lado una voz conocida….qué probabilidades habría para que eso ocurriera en ése preciso lugar y a esa hora del día?...ninguna, pero es lunes, hoy todo se vale, hasta ése tipo de coincidencias-
Cena liviana al estilo americano, un par de hot dogs con su toque mexicano, si supieran que acá se les sirve con chile, jitomate y cebolla, sería razón suficiente para declararnos la guerra por denigrar su cultura gastronómica, me viene valiendo un Tío Sam con dos Moctezumas!!, yo pedí mi perro choloescuincle con todo y su bandera tricolor encima
Enfilamos a casa, reposando la cena y digiriendo palabras, esas que suenan igual que antes, que humedecen los ojos y tremolan las voces, que solo a nuestros oídos confieren importancia y trascendencia, y nos dan ése tan preciado sentido de pertenencia, aún somos lo que solíamos, las miradas siguen hablando más de lo que articulan los labios
Las palabras encuentran significado en gestos tan simples como guiños y muecas de media luna ataviadas de buenos recuerdos, aún estamos y seguiremos, escuchando cada quien los pasos que vamos dando, una mirando hacia arriba y el otro solo un poco hacia abajo, no importa la altura si éstos demonios se saludan sin ocupar reverencias ni levantarse del asiento
La noche se despidió donde varias veces lo hacía, en el sofá, con cojines como armas de destrucción masiva y sonrisas en espera del próximo encuentro, así terminó el día, fue un lunes de semana inglesa como de los que aún tanto me acuerdo.
domingo, 1 de febrero de 2009
El Gran Circo
Es la última noche en la ciudad
De este carnaval ambulante
La comparsa se dispone
A encontrarse con otro público expectante
Bajo la carpa se presentan por última ocasión
Faquires devoradores de afiladas palabras,
Domadores de impertinencias y otras bestias amaestradas,
Equilibristas de ilusiones sin red de seguridad,
Malabarista y Acróbatas de emociones frustradas
Contorsionistas de sueños con desgastada flexibilidad
“Bienvenidos a la Indiferencia”
Contemplen desde plateas la última función,
Sean todos testigos de nuestra mejor actuación
Agradecemos su preferencia
De éste espectáculo itinerante
Tercera llamada….
Comenzamos!!
De este carnaval ambulante
La comparsa se dispone
A encontrarse con otro público expectante
Bajo la carpa se presentan por última ocasión
Faquires devoradores de afiladas palabras,
Domadores de impertinencias y otras bestias amaestradas,
Equilibristas de ilusiones sin red de seguridad,
Malabarista y Acróbatas de emociones frustradas
Contorsionistas de sueños con desgastada flexibilidad
“Bienvenidos a la Indiferencia”
Contemplen desde plateas la última función,
Sean todos testigos de nuestra mejor actuación
Agradecemos su preferencia
De éste espectáculo itinerante
Tercera llamada….
Comenzamos!!
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