domingo, 26 de abril de 2009

Posdata

Indícale mal el camino a la nostalgia
Cuando me venga a buscar,
Que se vaya en la dirección opuesta,
Que se pierda en los pasillos del después,
Que visite a otros tantos
Y se entretenga en otros llantos
Mientras tú te vas

Acúname en tus ojos de miel añeja
Y no me dejes despertar,
Mientras los faroles se jubilen por la tarde,
Mientras mis huellas agonicen en la acera,
Mientras las lunas se suicidan al amanecer,
Mientras las sombras se disuelvan con la noche
Y atendemos lo que aún nos falta por hacer

Ya habrá tiempo y vida,
Ya habrá un mañana y un después,
Ya habrá trastos sin uso en la cocina
Y las ganas de que quieras regresar,
Ya habrá guiones y comillas
Y posdatas con sabor a ojalá

En el sobre va mi vida,
Le anexo mi sentida renuncia temporal,
Van también mis letras desnutridas sin remitente ni timbre postal,
En espera de que a mi puerta algún día regrese la misiva,
Tan intacta como en partes o con los puntos suspensivos
Que le agregues al final.

domingo, 12 de abril de 2009

Mudanzas

De pronto me encuentro en medio de la nada, con las maletas cargadas de quizás y solo un cambio de piel para el día siguiente, pasé de vagabundo a habitante y en un parpadéo de nuevo a nómada errante; mientras veo mis pasos dibujarse sin comparsa, trazando de ahora en adelante el sendero que me toca, sin ella, sin su boca, sin las letras que se marcan en papel sin necesidad de tinta, sin las palabras que en el aire se sostienen aún sin ocupar oírlas

Costará trabajo descolgar los sueños del tendedero, mientras más pasa el tiempo el sol me va pegando directo en los ojos al intentar descenderlos, solo sé que si ahí los dejo, será cuestión de tiempo para que terminen de perder su color, su aroma a nuevo que desde ahora solo se asemeja al del día anterior; hace falta más que ponerse de puntillas y estirar los brazos para alcanzarlos, hace falta más que la simple voluntad para poder recogerlos

Se siente un vacío inefable, una oquedad donde el viento pasa sin ocupar documentos, sin pedir permiso ni tocar la puerta, pues no la hay, no la he ocupado hasta el momento; es una extraña sensación, casi tan parecida como cuando arrojas grandes rocas en el lago, se escucha un fuerte estruendo y al poco tiempo sabes que la gran masa ha tocado el fondo y de ahí no se moverá

Me voy alejando a paso lento del sepelio de la esperanzas, me acompaña la pesadez que deja un lugar vacío, los cuentos narrados sólo a mis oídos y los rostros que acomodaba en mis historias no contadas, será pesado embalar las cajas con tantos recuerdos, algunos de ellos reales y otros cuantos más elaborados en mis sueños

La casa se verá muy sola sin sus libros, sin las fotos dispersadas por la sala, sin su aroma reposando en las almohadas, sin sus labios en espera de los míos; no habrá necesidad de ocupar tanto espacio, me mudo con mis pocas cosas pues con ellas puestas en cualquier lugar encajo, soy asiduo a caminatas largas sin escuchar el eco de otros pasos, y si el frío arrecia de madrugada, solo ocupo del cobijo de mi sombra que siempre me acompaña

El camino en éste punto se divide en norte y sur, no pretendo seguir las indicaciones que me marque una veleta, tomaré a la izquierda y si nada encuentro iré en la dirección opuesta, quizá a medio viaje -de ida o de vuelta- te vuelva a encontrar, tan perdida como yo,
o mirando fijamente lo que algún día cada uno salió a buscar.

Tregua

Desperté con un mar transformado en desierto,
Con los ojos vidriosos y la boca en ayunas,
Buscando entre grietas alguna gota escondida,
Difuntos caudales de rocas a ultranza me esconden la vida

La rabia acumulada huyó con el viento llevándose las huellas
No habrá quién pregunte en un tiempo por cualquiera de ellas,
Respuestas ya obtenidas enmudecen mis dudas
Y el tributo ya pagado no tendrá devolución ni repartirá culpas

Sortilegios fallidos cavan a prisa sus tumbas
Postrándose en ellas boca abajo, sonrientes y resignados
Con las manos atadas y los pies descalzos
Con los sueños cansados y las almas en huelga

Me sobran los motivos que inducen la nostalgia
Y son pocas las razones que me hagan detenerla,
Solamente dos palabras, un te vas o un te quedas,
Sinceras disculpas o forzadas bienvenidas

Monedas lanzadas al aire caerán de frente o de espaldas,
Antes de que el azar me muestre mi fortuna
Acepto de buena gana las disculpas
Y retiro de la mesa mi apuesta a las bienvenidas.