Desperté con un mar transformado en desierto,
Con los ojos vidriosos y la boca en ayunas,
Buscando entre grietas alguna gota escondida,
Difuntos caudales de rocas a ultranza me esconden la vida
La rabia acumulada huyó con el viento llevándose las huellas
No habrá quién pregunte en un tiempo por cualquiera de ellas,
Respuestas ya obtenidas enmudecen mis dudas
Y el tributo ya pagado no tendrá devolución ni repartirá culpas
Sortilegios fallidos cavan a prisa sus tumbas
Postrándose en ellas boca abajo, sonrientes y resignados
Con las manos atadas y los pies descalzos
Con los sueños cansados y las almas en huelga
Me sobran los motivos que inducen la nostalgia
Y son pocas las razones que me hagan detenerla,
Solamente dos palabras, un te vas o un te quedas,
Sinceras disculpas o forzadas bienvenidas
Monedas lanzadas al aire caerán de frente o de espaldas,
Antes de que el azar me muestre mi fortuna
Acepto de buena gana las disculpas
Y retiro de la mesa mi apuesta a las bienvenidas.
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