Podrías buscarme debajo de la cama, como a la calceta que le da por separarse de su par, o en el gabinete debajo del lavabo, donde acomodas –según la efectividad- los remedios que le ponen fin al lagrimeo y a los sollozos que los amores tóxicos le causan a los corazones con poca tolerancia al desencanto
Podrías encontrarme flotando en altamar, en espera de que sean tus brazos los que me rodeen mientas a lo lejos ves al barco naufragar, podrías tan fácilmente encontrarme en la mesa justo al lado del salero, sin embargo y a pesar de saber mi probable paradero, no me encontrarás, dejé hace mucho tiempo de estar tan a la mano, tan a disposición de los caprichos que surgen cuando las opciones más viables se van agotado, me he retirado del servicio a domicilio, de las muchas consultas sin cobro de honorarios
Pídeme lo que necesitas ahora, más no lo que un futuro probablemente pienses ocupar, me has vuelto inmediato, -como es costumbre tuya- mañana puede no estar tan disponible lo que ahora puedes tomar, mi estampa es indeleble, incompatible con todas las demás, mi voz y mis labios se mueven en sincronía y mi forma será la misma que ahora ves, no cambiará por otra, ni aunque sea el deseo quien se empeñe en hacértelo imaginar
No seré la adaptación de alguna historia mal contada, ni el pastor de deseos adeptos a titubear, si mi andar te parece demasiado decidido, sujétame fuerte para no caer o suelta de una vez mi mano ahora que aún hay tiempo y la distancia es corta y por ende menor la fatiga de tener que regresar
Cuánto es que te dura el amor en la boca antes de que esté pierda su sabor?, seré yo un alfajor entre tantos, de esos que le quitan lo amargo al paladar?, cómo es que dejas de amar tan fácil, de esa manera tan natural, será igual mi destino, un lo siento con un hasta pronto nada más?; lo que quiero es para siempre, pues es para siempre de la única manera en que podría concebir mi estancia en mi hogar, no para mañana ni para un rato, ni por lo pronto mientras las almas se remiendan con retazos de promesas intempestivas, ni con te quieros ni te amos al azar
Si mis reservas aún te parecen demasiadas, será porque aún me siento espectador, seré incrédulo hasta el momento en que tus labios me hablen de la misma manera que tus manos le cuentan secretos al papel, hasta que tus ojos se desvistan del velo que te tiene atrapada entre el ahora y el ayer
Por ahora no ocupo explicaciones del cómo o del por qué, ni siquiera del cuánto o hasta cuándo…
Pues ahora y por lo pronto todo sucede y eso me pasa muy de vez en vez
martes, 15 de septiembre de 2009
jueves, 3 de septiembre de 2009
Pie de Página
Si fuese un libro, sería uno robusto de pasta gruesa curtida por los años y moldeada por las marcas de las manos de quien alguna vez me leyó, mi portada sería extravagante, visualmente estimulante a los ojos del lector, no tendría prólogo ni fecha exacta de edición; mi glosario carecería de un orden lógico, lo cual provocaría tener que leerme al azar, sería ante todo la antítesis de cualquier respetable publicación, definitivamente sería una extraña obra literaria, sin pies ni cabeza, pero con la trama necesaria para hacer de ella un articulo de colección
En mis hojas se plasman los relatos de memorias acumuladas por el paso de los años y mi protagonismo inevitable -y a veces improvisado- en cada uno de ellos, coexisto con los textos que mis propias manos han escrito y con los que otras almas en otros tiempos han colaborado e incluso inspirado a redactar; soy un compendio encuadernado de comedias, dramas, poemarios e historias de ciencia ficción, de relatos eróticos, novelas románticas y cuentos de terror, de fábulas y leyendas, de partituras y recetas de cocina, con datos curiosos de cómo la vida pasa de mano en mano, al escurrirse la tinta que cada uno vierte sobre mi
Sería absurdo pretender querer encontrar entre estos estantes que me han visto envejecer, un tomo con las páginas en blanco sin anotaciones hechas en otros tiempos por algún otro autor, sería incoherente tan siquiera buscarlo, si mis propias hojas han sido firmadas con palabras ajenas a mi, es por tanto -y a pesar de lo mucho que aún te falte por leerme-, que procuro apartarte espacio en exceso para que te explayes en mi, para después narrarle en voz baja al oído a quienes aún no nos acompañan, estas historias que en coautoría compilamos y que en alguna noche de tormenta los harán dormir
Si fuera un libro, sería como este mismo que ahora sostienes frente a ti, al que hojeas hacia atrás para entender la trama y hacia delante para escribir en el.
En mis hojas se plasman los relatos de memorias acumuladas por el paso de los años y mi protagonismo inevitable -y a veces improvisado- en cada uno de ellos, coexisto con los textos que mis propias manos han escrito y con los que otras almas en otros tiempos han colaborado e incluso inspirado a redactar; soy un compendio encuadernado de comedias, dramas, poemarios e historias de ciencia ficción, de relatos eróticos, novelas románticas y cuentos de terror, de fábulas y leyendas, de partituras y recetas de cocina, con datos curiosos de cómo la vida pasa de mano en mano, al escurrirse la tinta que cada uno vierte sobre mi
Sería absurdo pretender querer encontrar entre estos estantes que me han visto envejecer, un tomo con las páginas en blanco sin anotaciones hechas en otros tiempos por algún otro autor, sería incoherente tan siquiera buscarlo, si mis propias hojas han sido firmadas con palabras ajenas a mi, es por tanto -y a pesar de lo mucho que aún te falte por leerme-, que procuro apartarte espacio en exceso para que te explayes en mi, para después narrarle en voz baja al oído a quienes aún no nos acompañan, estas historias que en coautoría compilamos y que en alguna noche de tormenta los harán dormir
Si fuera un libro, sería como este mismo que ahora sostienes frente a ti, al que hojeas hacia atrás para entender la trama y hacia delante para escribir en el.
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