Manos inquietas,
debilidades expuestas,
palabras a medias e intenciones concretas,
hay tiempo y paciencia para ir fracturando la roca
convirtiéndola en veta
Me voy acercando al punto que te doblega,
que al tacto acelera tus latidos,
tu piel palpitante mortifica mis sentidos
y la ropa se convierte en kamikaze
estrellándose directo contra el piso
Dedos incautos reconocen el terreno,
susceptibles a la estática
que van provocando nuestros cuerpos
Vas registrando el recorrido
de éstos labios clandestinos,
quien camine de nuevo en tus senderos
invocará sin saberlo en tu piel mi recuerdo
Sin lugar definido ni hora establecida
le haremos caso al impulso de robarnos el aliento
miércoles, 28 de enero de 2009
sábado, 3 de enero de 2009
Escafandra
Gotas de fuego van trazando surcos
en parajes olvidados y de consecuente obstinación,
donde algunas veces se guarece la alegría
y otras tantas la impaciencia y el dolor,
una a una van cayendo intentando hacer caudal,
queriendo a mansalva inundar los áridos paisajes
con humeantes perlas de sal
Sobrevienen recuerdos, añoranzas,
pedazos de vidas en pausa,
crocantes ideales que al cerrar los puños se desbaratan,
fantasmas que aún rondan,
miedos que amordazan,
retratos en blanco y negro que no esperanzan
y solo afilan mis nudillos y aprietan mi quijada
Ojos tristes, de días nublados,
de retinas desveladas y sueños postergados,
de estrategias mal logradas
y fallidos hechizos y conjuros,
de bengalas a la nada,
de millares de dardos lanzados contra el muro
Presurizo la escafandra que me lleve a lo profundo,
donde nada se oye, donde solo a tientas se puede ver.
en parajes olvidados y de consecuente obstinación,
donde algunas veces se guarece la alegría
y otras tantas la impaciencia y el dolor,
una a una van cayendo intentando hacer caudal,
queriendo a mansalva inundar los áridos paisajes
con humeantes perlas de sal
Sobrevienen recuerdos, añoranzas,
pedazos de vidas en pausa,
crocantes ideales que al cerrar los puños se desbaratan,
fantasmas que aún rondan,
miedos que amordazan,
retratos en blanco y negro que no esperanzan
y solo afilan mis nudillos y aprietan mi quijada
Ojos tristes, de días nublados,
de retinas desveladas y sueños postergados,
de estrategias mal logradas
y fallidos hechizos y conjuros,
de bengalas a la nada,
de millares de dardos lanzados contra el muro
Presurizo la escafandra que me lleve a lo profundo,
donde nada se oye, donde solo a tientas se puede ver.
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